Una nueva generación de geo-arqueólogos entra en escena

Desde hace más de diez años, la geóloga Valentina Flores trabaja en un equipo de trabajo en una interesante labor de rescate patrimonial.

El HMS Wager fue un navío inglés que naufragó en las costas del Golfo de Penas en el siglo XVIII. La historia de los sobrevivientes, que permanecieron expuestos al bravo clima de la Patagonia y más tarde iniciaron una travesía de retorno que terminó con parte de la tripulación en Río de Janeiro, fue transformada en un libro y el próximo año será una película, con Leonardo Di Caprio como protagonista y Martin Scorsese como director.

¿Y qué tiene que ver esto con la geología? Pues mucho, nos dice la investigadora del Departamento de Geología Valentina Flores, parte integrante de un grupo de trabajo que desde hace más de una década ha vinculado las geociencias con la arqueología en una interesante labor de rescate patrimonial.

Hace varios años atrás, Flores se vinculó con un equipo de arqueólogos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y otros especialistas, y juntos viajaron hasta la remota isla Byron, en el Archipiélago de Guayaneco de la Región de Aysén, a realizar estudios de terreno durante tres semanas para buscar los restos de la famosa fragata británica.

A partir de ese trabajo, la investigadora comenzó a internarse en otros lugares de nuestras costas para contribuir al conocimiento, visitando y desarrollando proyectos en la bahía de Quintero, Valparaíso y otros lugares de Chile.

Más tarde, ese mismo grupo de trabajo (compuesto por Diego Carabias, Ricardo Álvarez y Renato Simonetti) junto a Isabel Cartajena y Leonor Adán, se adjudicó el Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura a través de la Iniciativa Científica Milenio, con el objetivo de "comprender la relación de los grupos humanos con los ambientes marítimos, fluviales y lacustres a través del tiempo a partir de la investigación de las evidencias arqueológicas actualmente sumergidas tanto de periodos prehistóricos como históricos".

Geo-arqueólogos en escena

Flores explica que el inevitable paso del tiempo va modificando nuestro entorno. El curso de los ríos cambia, los eventos sísmicos sacuden la superficie y crean relieve, las erupciones volcánicas sepultan vastas extensiones de tierra y el mar avanza hasta cubrir parte de la costa.

Este modelamiento natural de la superficie de nuestro planeta es un verdadero quebradero de cabeza para las y los arqueólogos, quienes deben ingeniárselas para comprender la distribución y los factores que influyen en la preservación de los vestigios de la actividad humana del pasado. Es justamente aquí donde Valentina y una nueva generación de geo-arqueólogos entra en escena.

"Desde la geología podemos estudiar las características físicas y composición química de las rocas y sedimentos, entre otros, y así, por ejemplo, podemos saber su origen, las condiciones de formación y si provino de tal o cual lugar", dice. Sus investigaciones la han llevado a concluir que "una parte importante de la historia y prehistoria de Chile se encuentra sumergida", cuenta, lo que transforma a nuestro país, y especialmente nuestra costa, en una verdadera cantera de sitios arqueológicos.

Son al menos tres los sitios más llamativos para los geo-arqueólogos en este proyecto: el Golfo de Penas (lugar donde encalló The Wager), la bahía de Quintero y la bahía de Valparaíso.

Proyecto en Valparaíso

Por estos días, Valentina trabaja junto a un equipo de las Universidad de Chile, Universidad de Valparaíso y ARQMAR (Centro de Investigación en Arqueología Marítima del Pacífico Sur Oriental), en la bahía de Valparaíso, uno de los puntos de recalada más importantes del Pacífico Sur durante el siglo XIX y testigo de gran cantidad de naufragios en sus profundidades.

Junto a la tesista de magister del Departamento de Geología, Javiera Rodriguez (U. de Chile), actualmente está desarrollando una investigación para conocer la dinámica submarina de la bahía y su evolución, relacionada a las modificaciones portuarias históricas, mediante el estudio de los sedimentos del fondo marino y circulación de corrientes.

"Bajo la superficie se encuentran más de 80 naufragios, todos los cuales alteran el flujo de las corrientes y la forma en que se depositan los sedimentos. Estos estudios no solo nos permiten conocer nuestra historia y avanzar en la protección del patrimonio cultural sumergido, sino también mediante análisis químicos podemos identificar y proponer soluciones a problemas de contaminación actual en la zona", finaliza.

Publicado el martes 9 de mayo de 2023